martes, 28 de junio de 2011

Curso de inglés en Cartagena.

Iglesia Evangélica Luterana Española

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CURSO DE INGLES

Junio 2011

Cristo está con nosotros siempre.

En una ciudad dónde cada día se cuestionan sus creencias y existen muchas creencias diferentes, este conocimiento es muy poderoso.

El 17 de mayo, abordé un avión para venir a España y enseñar inglés a niños con la Iglesia Evangélica Luterana Española.

Estaba muy nerviosa y no sabía qué esperar de los niños ni de la experiencia de vivir con una familia desconocida. El año pasado estuve estudiando en el norte de España, Asturias, pero sabía que este viaje sería muy diferente porque tenía una misión diferente.

Después de conocer a unos jóvenes españoles y ver la situación de la iglesia cristiana en España durante el tiempo que estudié aquí, me di cuenta que poca gente tiene fe en Jesucristo. Yo quería participar y ayudar a difundir la verdad del Evangelio a través de la Iglesia Luterana.

Cuando llegué a Cartagena, conocí a una familia de Venezuela que es miembro de la Iglesia Luterana. Me abrieron su casa y me adoptaron como la hija mayor. Durante mi tiempo allí, me enseñaron mucho de la ciudad de Cartagena y la vida española, pero también me enseñaron mucho sobre la fuerza de la fe y el amor. Son los únicos luteranos en Cartagena, pero no están desanimados porque, como me dijeron, no estamos solos. Cristo está con nosotros siempre. En una ciudad dónde cada día se cuestionan sus creencias y existen muchas creencias diferentes, este conocimiento es muy poderoso.

¡Disfruté mucho la oportunidad de trabajar con los niños y de enseñar inglés!

Al final, había 16 niños de las edades de 5 hasta 12 años. Algunos tenían niveles diferentes, pero creo que todos lo pasaron bien en las clases jugando y practicando inglés.

Cada semana había un tema diferente. Aprendieron sobre la vida, la familia, la amistad y el mundo a través de historias de la Biblia, canciones, actividades y juegos. Me gustó mucho ver a los niños hablar en inglés y participar en conversaciones.

También, tuve la oportunidad de conocer a los padres y otras personas de la comunidad de Cartagena. Hay mucho interés en aprender inglés y por eso muchas personas me recibieron muy bien. También me hicieron sentir aceptada y muy cómoda. Hicimos muchas excursiones a las montañas, a la playa, al polideportivo, al centro de Cartagena y a un submarino. También nos reunimos para tomar café o caminar por las calles. Allí pude practicar mi español, explicar mi razón de estar aquí y lo que estaba haciendo. Tuve muchas conversaciones interesantes que pusieron a prueba mi español y mi habilidad de defender mi fe. Espero haberme expresado bien y que el Espíritu Santo haya sembrado la semilla de la Fe.

Para terminar las clases de inglés tuvimos un acto final. Los niños cantaron, tuvieron conversaciones sobre los temas que habían aprendido, bailaron y recibieron diplomas. Hicieron todo bien y yo estaba muy contenta con todo lo que habíamos logrado. El pastor Gustavo también pronunció una reflexión sobre los valores cristianos que tenemos y que necesitamos cultivar, mostrar y enseñar a nuestros hijos y prójimo. Muchos padres se quedaron después del acto para conversar con nosotros y creo que recibieron un mensaje positivo y verdadero de lo que estamos trabajando y por qué.

El día siguiente tuvimos un Oficio Divino y asistieron 18 personas. Hubo tres familias de niños de las clases y otros contactos, una mujer y una familia.

Los niños cantaron una canción que habían aprendido durante las clases de inglés (Jesús Me Ama). La cantaron con su voz en inglés y con sus manos en el lenguaje americano de signos. Fue muy bonito. Después del Oficio, ¡uno de los padres expresó la necesidad de bautizar a su hijo de ocho años! Esta noticia me alegró muchísimo.

Al final, tuve una experiencia increíble en Cartagena. Nunca olvidaré la gente que conocí y las lecciones que aprendí. Mis pensamientos y oraciones estarán con la gente de allí. Espero que hayan aprendido algo de inglés, pero más me interesó compartir el amor de Cristo por ellos. Confío que Dios seguirá trabajando en Cartagena y en España y me siento bendecida de haber sido una parte de la historia de la Iglesia Evangélica Luterana Española.

KATE ELAHI

domingo, 26 de junio de 2011

2º Domingo después Pentecostés.

CRISTO, el cimiento sólido

TEXTOS BIBLICOS DEL DÍA
Primera Lección: Deuteronomio 11:18-21, 26-28
Segunda Lección: Romanos 3:21-25, 27-28
El Evangelio: San Mateo 7: 15-20, 21-29
Sermón
Introducción
Vivimos en una sociedad donde escuchamos proclamar a Cristo desde los más variados entornos eclesiales. Todo el mundo cristiano proclama a Jesús, pero paradójicamente no lo hacen con los mismos argumentos, y ni siquiera con la misma finalidad. Unos convierten a Jesús en un mero modelo moral o de comportamiento, mientras que otros lo usan como excusa para proclamar otras enseñanzas que no tienen nada que ver con Él. Y así, Cristo va quedando desfigurado en función de lo que estas Iglesias quieren transmitir a la sociedad. ¿Cómo saber pues quién proyecta la imagen correcta de Jesús y su obra?, ¿cuál es entonces el mensaje que proclama a Jesús de manera veraz?. Las lecturas de hoy nos muestran con claridad, que no todos los que usan el nombre de Cristo están legitimados para ello.
  • Sin pecado no hay Evangelio
Hablar del pecado no está de moda, definitivamente. Vivimos en una época complaciente y comprensiva, donde el concepto de culpa está difuminado por la psicología, y marginado por la sociedad del placer. ¿Para qué sentirme mal si el objetivo del hombre debe ser sentirse bien en cada momento?. Y sin embargo todo comienza precisamente, cuando hablamos de nuestra fe, por ese concepto que repele al hombre: el pecado. Pues sin hablar de ello, resulta que no podemos hablar del Evangelio, de la Buena Noticia por excelencia. No podemos eludir el tema, por poco atractivo que parezca, si queremos exponer la Verdad, así con mayúsculas. Por eso el apóstol Pablo afronta el tema con valentía y proclama que “todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Rom.3: 23). Toda una mala, malísima noticia para nosotros, pero que tiene su continuación en otra noticia, ahora plenamente positiva y reconfortante como no hay otra: “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” (v24). Y casi podríamos decir que en estas dos frases, hemos condensado nuestra fe de manera sencillísima, con claridad meridiana.
Sin embargo, desde muy temprano en la historia del cristianismo, hubo quienes no aceptaron la verdad del Evangelio en estos términos, y sistemáticamente trataron de ocultar, anular, corromper o sencillamente destruir los fundamentos de nuestra fe. ¿Por qué?, pues porque aunque la victoria sobre el pecado y la muerte ya estaba ganada en la cruz, el enemigo sabe que aún puede hacer un grave daño en el rebaño de Cristo. Que hasta el fín de nuestros días, somos objetivo de aquellos que tratarán de apartarnos de nuestro Buen Pastor, y llevarnos a pastos de sequedad y muerte. Y para ello nada mejor que corromper el Evangelio y convertirlo en un alimento adulterado, como nos advirtió el apóstol Pedro (1ª Ped. 2:2).
Inicialmente, tendemos a pensar que los que hacen tal cosa, son enemigos públicos y declarados de Cristo, y sin embargo Jesús nos advierte precisamente contra los que hacen alarde de su nombre, de aquellos que lo proclaman y ensalzan. La ostentación manifiesta de su nombre, puede ser precisamente la pista que nos permita descubrir a los falsos profetas, aquellos que, tal como dice Jesús (v15 y 23), no son más que lobos rapaces y hacedores de maldad.
  • Cristo desenmascara a los falsos profetas
La advertencia de Cristo sobre guardarnos de los falsos profetas (v15), tiene una validez permanente. Pues siempre hubo, incluso en la época apostólica, quienes usando su nombre para darse credibilidad, trataron de pervertir el puro Evangelio y sustituirlo por otras falsas enseñanzas. Y en esto hay que ser especialmente cuidadosos, pues estos falsos profetas se presentan con una apariencia humilde, respetable, profetizando en el nombre de Jesús, haciendo grandes obras, incluso echando demonios (v22). Jesús nos indica que la abundancia de supuestos milagros será también una de sus señas de identidad. En resumen, todo una serie de elementos externos y visibles que pueden servir para impresionar al mundo, pero que en el fondo sólo acumulan falsedad y vacío espiritual. Y la muestra de ello, la prueba definitiva son precisamente sus frutos, pues “no puede el árbol malo dar buenos frutos” (v18). Pero ¿no es precisamente una actitud humilde y piadosa uno de los buenos frutos que se esperan de los creyentes auténticos?, ¿no es el proclamar a Cristo a boca llena, el hacer milagros y mostrarse al mundo como el modelo de cristiano una señal inequívoca de ser embajadores de Jesús en el mundo?. Y sin embargo, a estos mismos Cristo les dice: “Nunca os conocí, apartaos de mí, hacedores de maldad” (v23). ¿Cuáles entonces son los frutos buenos y verdaderamente santos ante Dios?, ¿qué es lo que se espera de aquellos que se llaman de manera visible heraldos de Cristo?. El fruto más excelente, el principal no es sino la proclamación del puro Evangelio de Cristo, y como dice de nuevo el apóstol Pablo: “con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús” (Rom.3: 26).
Por tanto el fruto de estos supuestos maestros y profetas, si es que en verdad lo son, no puede ser otro que llevar a la humanidad a aquello que necesita, a lo único que puede llevarla a la salvación: la Buena Noticia de la justificación por medio de la fe en el único justo, Jesús el Cristo. Sin esto, ya pueden estar toda su vida hablando de Cristo, realizando milagros impresionantes o presentándose al mundo como los seres más piadosos. Nada de ello vale nada ante Dios, y ninguno de ellos será reconocido por Él. La misión de un verdadero profeta cristiano es hacer que este Evangelio sea “puesto en nuestro corazón y en nuestra alma, y sea enseñado a nuestros hijos por siempre” (Deut. 11: 18-19). Este es el fruto saludable que produce un árbol sano, todos los demás, serán “cortados y echados el fuego” (Mat. 7: 19).
  • La praxis de la fe que justifica
Sin embargo llegados a este punto, Jesús lanza una nueva advertencia: una fe fundamentada en esta verdad evangélica de la justificación, no puede ser tampoco una fe estéril, sin producir frutos respecto a nuestro prójimo. Y aunque sabemos que la obras del creyente, no tienen valor en relación a nuestra salvación, no es menos cierto que ellas son la expresión de una fe viva (Stg.2:17). Porque nuestra fe no es un mero acto intelectual, sino una fe transformadora, una fe que cambia la vida de las personas. Y en este cambio no sólo escuchamos la voz de Cristo, sino que somos impulsados a actuar según su voluntad. No es por tanto posible que en una persona coexistan la fe y al mismo tiempo la indiferencia por los que lo rodean. A esta situación catastrófica desde un punto de vista espiritual, Jesús la compara con una casa construida con cimientos débiles (v26). A la primera oportunidad, la vida arrasará la fe de aquel que pretenda llamarse cristiano y no actuar como tal.
Es por tanto en la praxis, donde nuestra fe muestra su vitalidad, donde liberados ya de la preocupación de la salvación gracias a la Cruz, podemos mirar ahora a nuestro alrededor, y ser testigos de Cristo mostrando su amor por el mundo a través nuestro. Es necesario por tanto para cimentar nuestra fe el amar, pues “El que no ama, no ha conocido a Dios, pues Dios es amor” (1 Jn. 4:8). Por tanto, con todo lo visto, tenemos ya las pistas claras para identificar a los verdaderos profetas de Dios, que son aquellos que predican el puro Evangelio del arrepentimiento y el perdón de los pecados por la sangre de Cristo, y que con su vida además, testimonian desde esta fe del amor de Dios por nosotros. Por contra, un Evangelio adulterado y una vida estéril en amor, o peor aún, con un amor interesado, serán las señas de identidad de aquellos falsos profetas rechazados por Cristo.
CONCLUSIÓN
Los creyentes tenemos la seguridad y el gozo de nuestra salvación, por medio del sacrificio de Jesús en la Cruz. No hay mensaje más importante para la vida de un ser humano que éste, pues nos es anunciada la gracia y la misericordia de Dios hacia todos nosotros, por medio de “la fe en su sangre” (Rom.3:25). En este sentido, la batalla de nuestra redención ya está ganada. Pero aún merodean a nuestro alrededor aquellos que quieren destruir y corromper esta Buena Noticia, usando el nombre de Jesús sin escrúpulos, convirtiendo el Evangelio en un alimento espiritual aguado y sin valor para nuestra alma. Contra estos nos advierte Jesús, no importa lo respetable que parezcan ante el mundo, la aureola de santidad con la que se rodeen, o las muestras de poder que exhiban ante nuestros ojos. Sin la fe que justifica, y sin el amor que proviene de esa fe, su ruina es cuestión de tiempo. Por contra, y firmemente asidos de la Cruz, nuestra fe está cimentada en la roca (v25), y nuestra casa está segura, pues sabemos que esta roca que nos sostiene no es sino Cristo mismo (1 Cor.10:4). Que el Señor nos sostenga siempre en esta fe, y el Espíritu Santo nos impulse a ser testigos de su amor entre nuestros semejantes. Que así sea, Amén. 
 
                                         J. C. G.   Pastor de IELE.

domingo, 19 de junio de 2011

Domingo de Trinidad.

LA TRINIDAD OBRA EN NOSOTROS

TEXTOS BIBLICOS DEL DÍA

Primera Lección: Deuteronomio 4:32-34, 39, 40

Segunda Lección: 2 Corintios 13:11-14

El Evangelio: Mateo 28:16-20

Sermón

1-EL GRAN DIOS Y HOMBRE

El SEÑOR cita a sus discípulos en un cierto monte del que no sabemos el nombre, tampoco sabemos a qué hora había planeado encontrarse con ellos. La palabra expresa de Jesús mismo les llevó hasta allí. Los discípulos acuden al monte aunque algunos de ellos no estaban muy convencidos, como vemos en el versículo 17. Al encontrarse con Él, unos no pueden por menos que adorarle como al gran Dios de Israel manifestado en carne; otros aún dudan, aún desconfían. La duda es prima hermana de la desconfianza. Si dudamos de la Palabra de nuestro Señor, ¿Cómo vamos a tener confianza en Él? Si alguna vez hemos coqueteado con las filosofías que ningunean y vacían de contenido la Palabra de Dios ¿Cómo podemos tener fe? Estos discípulos acuden a la cita y me traen a la mente a tantos de vosotros esparcidos por la faz de España que acudís a la cita con el SEÑOR cuando y donde ha prometido encontrarse con nosotros: en la predicación, en el Altar, en el estudio de su Palabra. Vais confiados en su Palabra, sabiendo que Él no falla, que nosotros podemos tener más o menos dudas, más o menos fallos, más o menos “ganas”, pero Él está allí esperándote para decirte algo, para perdonarte, para asegurarte de su perdón, para darte su cuerpo y sangre….

Allí en medio de ellos el Dios-Hombre glorioso y resucitado, ya no más en estado de humillación, se dirige a sus discípulos y les hace partícipes de una gran verdad, de una gran enseñanza, de una gran doctrina. “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” Jesús es Jehová y por tanto Todopoderoso, pero ahora esa omnipotencia se ha extendido, como si dijéramos, a su humanidad de modo pleno. Él tiene todo el poder sobre el universo, el Todopoderoso DIOS-HOMBRE dirige y gobierna todo: el destino de los pueblos, los vaivenes de la economía, los planes de los poderosos, tu vida, tus circunstancias, tu salidas y tus entradas y lo que aún nos importa más es que ese SEÑOR del universo estaba pensando en ese momento en cómo llegar a ser tu Señor.

El Señor no dice: tengo todo el poder y entonces me voy a apoderar de todas las naciones por la fuerza, o tengo todo el poder y voy a vengarme de todos los impíos (todos nosotros) que hay en el mundo. Nada de eso. El Señor inmediatamente agrega lo que conocemos como la Gran Comisión.

2-LA GRAN COMISIÓN: “ID Y HACED DISCÍPULOS A TODAS LAS NACIONES, BAUTIZÁNDOLOS EN EL NOMBRE DEL PADRE , Y DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO, ENSEÑÁNDOLES QUE GUARDEN TODAS LAS COSAS QUE YO OS HE MANDADO ”

Este Todopoderoso Señor no tiene un plan de conquista basado en la fuerza física, en la coacción, en las armas, en estrategias de marketing, en la publicidad, en la propaganda, en la manipulación mental, en el poder político o mediático. Su plan consiste en enviar a sus hijos por todo el mundo, adoctrinando y bautizando a las naciones.

Ir y haced discípulos a todas las naciones- La traducción de nuestra Reina Valera parece ser que no es muy clara en cuanto a eso de “haced discípulos” En realidad dice el original algo así como “adoctrinad, enseñad, a todas las naciones”, lo cual queda aún más claro en lo que dice a continuación “enseñándoles que guarden todas las cosas que yo os he mandado”. En todo caso el significado está claro. Nuestro Señor da una comisión a sus discípulos para que conquisten el mundo por medio de la predicación y los sacramentos, la palabra audible (predicación) y palabra visible (bautismo). La iglesia del Señor sabe que su fuerza está en ser fiel a la comisión de su Jefe y Cabeza. La iglesia de Cristo sabe que la Palabra de su Señor tiene un extraño poder que no se asemeja a la palabra de los hombres, la iglesia de Cristo sabe de la importancia que tiene que esa enseñanza, esa doctrina, sea clara, sea correcta, sea verdadera, que traslade a las naciones todo lo que El les ha enseñado. Estos son los medios, medios de gracia, que la esposa de Cristo, su iglesia debe usar en el plan de conquista que Jesús le ha confiado. No son las teorías humanas, más o menos atrayentes, ni las conjeturas de los hombres más o menos racionalistas, sino el puro Evangelio, la pura buena noticia, la Palabra inspirada por Dios, éste y no otro debe ser el contenido único de la predicación y enseñanza de la iglesia, nada más y nada menos. La iglesia de Cristo debe ser la iglesia predicadora porque es esa humilde predicación de Jesús y su Evangelio la que va a dinamitar el corazón humano y encender la fe.

Bautizándolos en el Nombre del padre, y del Hijo y del Espíritu Santo

Bautizar significa lavar, rociar o sumergir y obviamente el Señor se está refiriendo al lavamiento de los pecados. Esto solamente se puede hacer en el nombre (con el poder) de nuestro Dios, el Señor del Pacto, y que no es otro que el Padre, Hijo y Espíritu Santo. En el caso de los niños pequeños y bebés es el único medio de gracia, único medio para que la iglesia lleve los niños a los brazos del Señor. Medio tan denostado, ninguneado o torcido en tantos ambientes cristianos, cuando la Palabra del Señor es clara al respecto.

3- EL GRAN CONSUELO

El gran consuelo de los discípulos del SEÑOR Jesucristo a lo largo de todos los tiempos es que cuando su iglesia lleva a cabo esta gran comisión, Él está con ella, con nosotros, siempre hasta el fin del mundo. El Señor resucitado y glorioso nos promete su presencia, su presencia nada menos, si nos mantenemos en los medios de gracia, si acudimos a ellos. Allí va a estar Él, siempre dispuesto a perdonarte, consolarte y restaurarte. En ningún otro sitio vas a encontrar el verdadero perdón de pecados, más que en la iglesia del Señor cuando distribuye y administra los medios de gracia. La iglesia que abandona, desprecia o tuerce la Palabra no tiene garantía de la presencia del Señor en medio de ella. El cristiano que abandona los medios de gracia no tiene ningún sitio donde pueda encontrar con certeza y garantía a Jesucristo. Por ese motivo es tan importante la fidelidad doctrinal, la pureza de la enseñanza. Si nos desviamos de la Escritura no tenemos ninguna garantía de que el Señor esté allí, de que exista la remisión de pecados, de que esté la Una, Santa en medio de nosotros.

CONCLUSIÓN

No olvides que nuestro Salvador tiene toda potestad en el cielo y la tierra. Que todo, a pesar de las apariencias, está bajo su control. Que Él dio a su iglesia una comisión precisa y clara: predicar la Palabra y las enseñanzas de su Señor y Bautizar. Que podemos tener seguridad que Él está siempre presente donde esa Palabra es predicada.

Amén.

Javier Sánchez Ruiz.

domingo, 12 de junio de 2011

A principios de año recibimos la invitación para tener una charla con algunas personas procedentes de la Iglesia Luterana de Noruega sobre el trabajo que IELE está realizando en España.

El pasado 25 de Mayo se concretó la reunión con algunos pastores de la Iglesia Noruega, algunos
integrantes de la administración y una psicóloga que acompañó y dio un taller al grupo.

Este encuentro se produjo en el templo de la IEE de Málaga. Este grupo de personas representa el comité del área misional de la Iglesia de Noruega. Ellos son conservadores, dentro de lo que
cabe a una Iglesia estatal y se sienten avergonzados por la liberalidad en la que está cayendo gran parte de su Iglesia.

Por más de dos horas estuvimos hablando sobre los comienzos, actualidad y expectativas de
IELE. Si bien la presentación no fue tan extensa, los pastores y misioneros realizaron muchas
preguntas sobre la cultura, la política y la religiosidad española.
También sobre cómo IELE afronta los desafíos de llegar a esta cultura. Ellos también compartieron de manera breve las experiencias misionales que están
teniendo en Bolivia y Etiopia.

Concretamente nos han ofrecido contactarnos con las Iglesias Noruegas que hay en España
(http://www.noruega.es/Embassy/noruega/asociaciones/religion/)
por si en algún momento necesitamos utilizar alguna de las instalaciones que ellos poseen.

Por su parte estarían escribiendo en estos días para informar a los líderes de dichas instalaciones
sobre nuestra existencia y el contacto que hemos tenido con este grupo. También están
preocupados y a la vez interesados en las personas luteranas que de Bolivia han
migrado a España. Ellos ahora van a ir a Bolivia y allí hablarán de nosotros a los líderes de la
iglesia para que informen a las personas que piensan venir a España o a familiares de los que
ya han realizado el viaje, con el fin de que establezcan un contacto con nosotros.

Atte. Pastor Gustavo Lavia.
Presentación de IELE
25 DE MAYO DE 2011
MÁLAGA
Nos reunimos en el
templo de la IEE en
Málaga.
Agradecemos a estas
personas el interés
mostrado por el
desarrollo de nuestra
Iglesia en España.
Oremos para
que Dios conserve en ellos el espíritu misionero
que siempre han tenido y sean de inspiración
para muchas Iglesias.
Representantes de la
Iglesia de Noruega
conocen trabajo de
IELE.

En Cristo tenemos PAZ.

TEXTOS BIBLICOS DEL DÍA

Primera Lección: Joel 2.28-29

Segunda Lección: Hechos 2.1-21

El Evangelio: Juan 14:23-31

Sermón

¡Feliz cumpleaños! Pero te preguntarás ¿Quién cumpleaños? Hoy es la fiesta de Pentecostés y muchos cristianos llaman a este día “el cumpleaños de la Iglesia cristiana”. Esto es porque en este día celebramos el nacimiento de la vida corporal de la iglesia, cuando el Espíritu Santo fue derramado sobre los discípulos de una manera especial, como lenguas de fuego. Muchos Judíos de todo el mundo se reunieron en Jerusalén y oyeron a los discípulos anunciar la palabra de Dios en su propio idioma. A través de la predicación de la palabra en el sermón de Pedro, anunciando quién es Jesucristo y qué ha hecho y por el poder del Espíritu Santo, unas 3000 personas creyeron y fueron bautizadas. Allí Dios comenzó a juntar su iglesia como su cuerpo.

Es por eso que este día a veces, es definido como el “cumpleaños” de la iglesia cristiana. Eso es lo que hemos leído en la lectura de hoy en Hechos 2. Por eso tenemos paramentos rojos en el altar y el pastor usa una estola roja, para recordarnos las lenguas de fuego que se describen en este relato.

Nuestro Señor Jesús, en Juan 14, antes de la muerte, resurrección y ascensión, prometió a sus discípulos que enviaría al Consolador, el Espíritu Santo y comentó qué significaría y qué haría por ellos. Leemos (vv. 25-27) “Estas cosas os he hablado mientras todavía estoy con vosotros. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo he dicho. Mi Paz os dejo; mi paz os doy: no como la da el mundo os la doy a ti. Qué no se turbe vuestro corazón, ni tengáis miedo... “

“Mi Paz os dejo, mi paz os doy.” A mí me gusta estudiar la filosofía, y uno de mis filósofos favoritos es un cómico con el nombre de Dr. Bill Cosby. Es posible que hayáis oído hablar de él. Mi esposa y yo hemos criado cinco hijos, por lo cual podemos relacionarnos con algo que el filósofo y comediante Bill Cosby dijo una vez. Él dijo que los niños parecen tener un gran interés en el concepto de justicia. Siempre están diciendo: “Pero mamá, no es justo”. “Pero por favor, papá. Es injusto”. Cosby dijo: “Lo que los niños no entienden es que los padres no tienen interés en la justicia, lo que quieren es paz y tranquilidad”.

Desde una perspectiva bíblica no se qué concepto es más importante si la Justicia o la Paz, pero se que no se debe escoger uno u otro. Lo cierto es que el concepto de paz es importante para la gente del mundo bíblico. De hecho, era tan importante que la gente de los tiempos bíblicos se saludaban diciendo: “La paz sea contigo”. Lo mismo para disculparse, por lo general, decian: “La paz sea con vosotros” en lugar de algo así como “hasta luego” o “adiós”. Es por eso que la promesa de paz de Jesús fue una cosa muy significativa para los discípulos y debe serlo para nosotros también. Creo que todos estamos de acuerdo de que en nuestro vertiginoso y confuso mundo hay mucha agitación, violencia y derramamiento de sangre. La paz, la calma y la tranquilidad parecen una ilusión, algo que nunca se logrará. Sin embargo, en el texto de Juan 14, tenemos una promesa de gran alcance, en la que Jesús dice a sus discípulos: “Mi paz os dejo, mi paz os doy. Que no se turbe vuestro corazón. Ni tenga miedo”. Así que en este día, vamos a pensar en LA PROMESA DE LA PAZ que Jesús hizo a sus discípulos, y que él hace para nosotros.

I. Es una paz que sólo él puede dar. ¿Necesitas paz? ¿Cómo podemos tener paz en este mundo nuestro? ¿Es sólo una ilusión? La historia nos muestra claramente que este mundo está atrapado en la ausencia de paz. Y no estoy hablando sólo de la paz entre las naciones y la ausencia de guerra, sino la paz en su sentido más amplio. La idea de paz, si pudiéramos lograrlo, significaría que podemos vivir una vida libre de temor, libre de la agitación, sin peligro, libre de tensión y ansiedad en armonía con nuestros vecinos, con nuestros cónyuges e hijos e incluso en armonía con nosotros mismos. La paz sólo parece ser una ilusión. ¿Dónde podemos encontrar la paz?

Ralph Waldo Emerson, el famoso autor estadounidense del siglo XIX, una vez dijo “Nada te puede traer paz, sino tú mismo”. Eran las últimas palabras de un ensayo titulado “Autosuficiencia”. En el ensayo intentó argumentar que los seres humanos, con el fin de encontrar satisfacción en la vida tienen que confiar en sí mismos. Que necesitan ser más autosuficientes y deben tener más confianza en sus propias ideas y habilidades. Concluye diciendo que “Nada te puede traer paz, sino tú mismo”.

Yo diría que ir por ese camino, el de la autosuficiencia, es ir sobre el camino más seguro para nunca experimentar la paz en esta vida.

Piense en los discípulos. Ellos habían estado seguros de sí mismos. Tenían confianza en sí mismos. Eran autosuficientes. Después de todo, estaban todos de acuerdo y le habían manifestado a Jesús, antes de que fuera llevado para ser sacrificado en la cruz, que nunca lo abandonarían. Pedro dijo que, aunque tuviera que morir con él, nunca le abandonaría.

Aquí tienes un gran ejemplo de lo que sucede en última instancia, cuando pones tu confianza en ti mismo, cuando quieres valerte por tu propia fuerza. Confiaban en sí mismos y estaban seguros de que nunca abandonarían a su Señor y Amigo Jesús, pero sabemos lo que pasó. Tan pronto como Jesús fue arrestado huyeron. Ellos tenían tanto miedo que se encerraron en una sala. Lo menos que sintieron fue paz. Eso es más o menos lo que sucede cuando piensas que vas a encontrar la paz a través de su propio esfuerzo. Es por eso que Jesús dice aquí que la paz que Él da no es como la paz de este mundo. Es sólo algo que Él puede dar. Debe venir de Él, no es algo que nosotros podamos generar.

Recuerdo que cuando era un niño, me fascinaban las películas del lejano oeste, cuando una persona caía en arenas movedizas. ¿Te acuerdas de esas escenas? Se quedaba atascada en este lodo pegajoso, cuanto más luchaba y más trataba de salir por su cuenta, más se hundía. Hasta que finalmente desaparecía. Eso es más o menos lo que sucede cuando pensamos que vamos a encontrar alguna manera la paz en este mundo por nuestros propios esfuerzos. Cuanto más creemos que va a haber algo que podamos hacer por nosotros mismos, más difícil va a ser y cuanto más nos esforzamos, nos hundimos. De hecho, recuerdo que en los westerns, a veces alguien salía de las arenas movedizas. Lo que ocurría era que algún otro hombre tiraba un lazo a la persona atrapada y lo sacaba de allí. En otras palabras, alguien tenía que venir de fuera para salvarlo.

Eso es lo que Jesús hace por nosotros al prometernos su paz. Porque Él llega y nos rescata de las arenas movedizas de nuestra rebelión y del pecado, de la idea de que podemos vivir nuestra vida sin Dios, como si todo dependiera de nosotros. Él fue a la cruz del Calvario por nosotros. Pablo escribió a los Romanos: “Y Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. Él vivió una vida perfecta y dio su vida por nosotros. Sólo Él puede darnos esa paz, esa paz en el corazón, una paz que es la nuestra cuando sabemos que el amor de Dios es tan profundo que nos dio a su Hijo para nuestra salvación. Podemos tener paz en nuestros corazones, sabiendo que Dios nos ama, nos cuida y está con nosotros, incluso cuando el mundo que nos rodea parece que se desmorona.

Es por eso que Pedro en ese día de Pentecostés, fue capaz de decir a todas aquellas personas que se reunieron allí: “Y sucederá que todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo”.

El mismo Cristo aparece mientras están con miedo, aterrorizados por los Judíos, incluso con miedo de sí mismos, porque estaba presente en sus mentes. Con qué facilidad abandonaron a su amigo y Señor. El mismo Jesucristo en el Cenáculo les dijo: “¡Paz a vosotros!”. Ahora tenían que pensar en esta promesa, la paz y la alegría sólo puede venir de la noticia del Salvador resucitado que con su resurrección vence todas las fuentes del miedo y la ansiedad en esta vida. Incluso vence al enemigo final, la muerte, para que podamos tener paz en esta vida, sabiendo que con su perdón y la salvación, a pesar de lo que a veces nos hacen temer, tenemos lo más importante, la paz de Dios. Y eso es una paz que no viene de dentro de nosotros mismos como Emerson pensó, sino que es una paz que sólo podemos tener porque Dios nos la da en Cristo Jesús resucitado, nuestro Señor y Salvador, quien nos dice: “Mi paz os dejo, mi paz os doy. Que no se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.”

II. Esta paz de Cristo también nos da la seguridad y la confianza no sólo para vivir en este mundo, sino también para vencer al mundo, para proclamar el evangelio, para anunciar la noticia de que Cristo ha resucitado y que el perdón de los pecados que ha logrado es para el mundo entero. Debido a esta paz, Pedro y los discípulos podían estar en los patios del templo en Jerusalén, a sólo unas pocas semanas después de que su Señor había sido torturado y muerto allí, y podían estar en ese lugar, con valentía y en voz alta y claramente proclamar la palabra de Dios a los Judíos que habían venido de todas partes del mundo mediterráneo para el festival de Pentecostés.

Esto también fue posible gracias a la promesa que Jesús hizo a sus discípulos en nuestro texto, porque él les dijo: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que he dicho.” Y así fue por el poder de ese Espíritu que Pedro y los otros con audacia podían proclamar las maravillas de Dios, y es por el poder de ese Espíritu que aún hoy en día nosotros, la Iglesia, podemos salir con confianza al mundo para hacer conocer este perdón de los pecados y la paz con Dios a todos los que aún no lo conocen.

Por supuesto, hoy no es popular hablar sobre el pecado, la violación de la ley de Dios o la necesidad de perdón. Ese tipo de discurso es considerado como demasiado duro, mezquino, indiferente e insensible. Sobre todo, no es popular o aceptado decirle a la gente que el perdón está disponible pero sólo a través de la fe en Cristo Jesús, que no hay otra manera. Se nos ha dicho hoy que la religión es sólo una cuestión de “opinión” y por lo tanto, “su opinión no es mejor que mi opinión”. “Si funciona para ti está bien, pero no trates de imponerme tus opiniones”.

De hecho, muchos estudios sobre la situación de la religión en mi país, Estados Unidos, han encontrado que cerca del 80% de los estadounidenses se identifican como cristianos. Sin embargo, estos estudios también encuentran que alrededor del 75% de los estadounidenses dicen que hay muchos caminos a la salvación eterna. Esto se llama “universalismo”, es decir, no hay una única religión verdadera y no hay una verdad absoluta.

Esta cultura en que vivimos nos afecta a nosotros también. Las presiones ejercidas sobre nosotros por la sociedad puede hacernos perder la confianza y hacer más tímida, nuestra proclamación del evangelio. Puede causar que perdamos nuestra confianza en la verdad de la Palabra de Dios. Pero Cristo dijo: “No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” Él dijo, “Mi Padre enviará el Consolador, el Espíritu Santo, él os enseñará todas las cosas.” Así como Cristo envió a los apóstoles a todo el mundo, para empezar a predicar la palabra en Jerusalén, y luego a Judea, Samaria y hasta los confines de la tierra, también envía hoy a la iglesia anunciar que las buenas noticias buenas del perdón de los pecados.

Era la paz de Dios que le dio a Pedro y a los demás discípulos, la confianza y seguridad para proclamar la palabra de perdón a un mundo que no quería oír. Es la paz de Dios que también tenemos nosotros, que da a la Iglesia de hoy, la confianza y la audacia de proclamar este mensaje sin vergüenza, a nuestro mundo de hoy a pesar de que ese mundo no quiere oír.

Basta pensar en el poder de la Iglesia: ¡El poder del Evangelio! ¡El poder del Espíritu Santo! Jesús dijo después a los discípulos: A quienes perdonéis los pecados, les serán perdonados. El perdón es un hecho. Este perdón nos da confianza y seguridad para anunciarlo a todos los que se arrepienten. Esto es lo que da alegría a Dios en el cielo. Cuando podemos anunciar el perdón y la paz con Dios a las personas que están agobiadas, afligidas por sus pecados, sus ansiedades y sus miedos, y cuando se arrepienten de su pecado de auto-confianza y creen en Cristo Jesús. Allí es cuando el poder del Espíritu Santo a través de la proclamación del Evangelio, se ve claramente.

III. La bendición de paz, la garantía y la confianza de que Cristo ha ganado todo esto para nosotros, se recibe y vive por fe. Suena tan simple, ¿no? Con sólo creer en Jesús serás perdonado ¿Cómo puede ser tan simple? Mucha gente me hace esa pregunta. Es muy fácil, dicen. Durante la época de la Reforma, los opositores de Martín Lutero dijeron lo mismo. Ellos dijeron: “No es tan sencillo. No puede ser sólo una cuestión de fe. Debe ser la fe y nuestras buenas obras. Sólo la fe, es demasiado simple”.

Debemos recordar lo que entendemos por “creer” en Jesucristo o “tener fe” en Jesús. Martin Lutero aclaró que tener fe en Jesús no es sólo saber de Él. No es suficiente ni siquiera reconocer quién es Jesús y aceptar que Él es el Salvador del mundo. Eso no es fe salvadora tampoco. La fe salvadora es confiar en Él, es confiar en Jesús para nuestra salvación. Se trata de dejar a un lado todas las otras cosas en que depositamos nuestra confianza y confiar en Jesús como nuestro Salvador. Volviendo a lo que Pedro dijo al final de la lección de hoy en Hechos: “Y sucederá que todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”.

Es por el poder del Espíritu que hoy en día podemos creer, Él es el Ayudante del que Jesús habló en nuestro texto. El Espíritu que obra en nosotros cada vez que escuchamos el mensaje del evangelio, cada vez que recibimos su Cuerpo y su Sangre en la Sagrada Comunión, cada vez que escuchamos esas palabras de perdón pronunciadas para nosotros: “Yo te perdono todos tus pecados, el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. Ese mismo Espíritu es dado a nosotros para que podamos tener la certeza del perdón de Dios y las bendiciones de su paz.

Así podemos ver aquí, que tenemos una promesa segura de paz. Jesús nos deja con la paz. Él nos da su paz. Es una paz que nunca encontraremos en nosotros mismos, a pesar de lo que Ralph Waldo Emerson dijo, sino que sólo el Señor Jesús puede dar. Es una paz que nos da la garantía y la confianza para vivir en este mundo caótico y turbulento e incluso anunciar el mensaje del perdón y la paz con Dios con confianza y valentía.

La paz es nuestra por la fe, no porque encontremos algo dentro de nosotros mismos, sino porque Dios nos la ha dado en su palabra y su promesa, cuando dijo: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy. No como la da el mundo os la doy a ti. Que no se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

INI. Amén.

Rev. Douglas L. Rutt, Ph. D.

Director, International Ministries Lutheran Hour Ministries

314-317-4162

www.lhm.org

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domingo, 5 de junio de 2011

7º Domingo de Pascua.

En Cristo tenemos nueva vida.

TEXTOS BIBLICOS DEL DÍA

Primera Lección: Hechos 2:26-47

Segunda Lección: Efesios 1:16-23

El Evangelio: Lucas 24:44-53

Sermón

Todos los días tiene lugar un acontecimiento único. Se producen miles de nacimientos. Un niño por aquí, mellizos por allí, trillizos y hasta octillizos. Aun así, una realidad tan común no hace que el nacimiento de un niño sea menos especial. En verdad, el bebé recién nacido es un regalo dado por el Autor de la Vida.

Diferentes nacimientos. Cuando un bebé nace, lo hace en un mundo para el cual no fue preparado, es decir, un mundo gravemente afectado por el pecado. Ya sea que nazca en África, en Asía, Sudamérica o en Europa, el recién nacido inhala el aire de una creación caída y comienza a respirar por primera vez en una tierra donde la vida llegará a su fin en algún momento, puede ser dentro de 100 años o en 100 segundos. Desde el momento de la concepción, es un heredero de muerte eterna y el nacimiento no cambia esa situación.

Aunque la población de la tierra registró un aumento de un dígito cuando Melody nació hace unos meses, esto no aumentó el número de miembros de la Iglesia de Cristo. A Melody le es necesario renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros” (1 Pedro 1:3-4).

Pedro proclama: Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.” (v. 36). Pedro esta diciendo que todas esas personas fueron los responsables de la muerte de Jesús. No solo ellos, sino que cada persona que vivió y que vivirá, son los responsables de la muerte de Jesús. Hombres, mujeres, niños y ancianos son los culpables de la crucifixión de Jesús.

Es cierto que fueron otros los que crucificaron a Jesús hace 2000 años, pues los romanos fueron los que ejecutaron a Cristo. Los soldados lo clavaron, no esa multitud, ni tu ni yo. Poncio Pilatos y Herodes fueron los políticos responsables de autorizar la ejecución. Podríamos alegar que ni siquiera estuvimos allí cuando los hombres malvados como Caifás y Anás, entregaron a Jesús. Pero Pedro asigna la responsabilidad a toda la casa de Israel, así como a los gentiles. Que todo el mundo tenga la responsabilidad de la crucifixión de Cristo parece una locura, pero Pedro dice que aún Melody es una de las razones por las que Jesús murió. Toda la humanidad ha sido la responsable, cada uno de nosotros y también Melody es responsable. Incluso el bebé que aún no fue concebido, y tú también lo eres. En la crucifixión de Cristo no hay ni mujeres, ni hombres, libres ni esclavos, ni griego, ni judío... porque todos estamos incluidos en la frase “este Jesús a quien vosotros crucificasteis”.

¿Qué podemos hacer? Cuando se tiene la convicción de que uno es pecador y está lejos de la gracia y presencia de Dios, se produce un dolor impresionante en el corazón. Asimilar que eres pecador y culpable por desobedecer a Dios no es nada fácil, es imposible para el hombre asumir que por su culpa Jesús fue muerto en la cruz. Solo el Espíritu Santo nos lleva a esta convicción y a la pregunta de ¿Qué debo hacer? Nuestra mente busca respuestas a esta incógnita: ¿Puedo hacer algo para estar en paz con Dios después de esto? ¿Existe alguna buena obra para calmar al Señor... una buena acción, una misión especial, una vida dedicada a la contemplación, una ofrenda en dinero, algo que pueda equilibrar la balanza? ¿Soy capaz de deshacer el mal que he hecho? Lamentablemente no puedes hacer nada, pero esto es una gran noticia para ti y para mi, pues la muerte de Jesús nos trae la posibilidad del perdón. Jesús en la cruz dijo “perdónalos porque no saben lo que hacen”. Este ha sido el motivo de que el Hijo de Dios diese su vida en la cruz: obtener el perdón que no podemos obtener por otro medio. Pero, ¿cómo ese perdón logrado hace 2000 años llega hasta nosotros hoy día?

Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo?”(v. 38). Uno de los medios establecidos por Dios consiste en recibir el Espíritu Santo, por medio del arrepentimiento y el Bautismo. Estas son obras exclusivas de Dios, que nos ha dado como regalos a todos nosotros. Nadie está excluido del llamado de Dios, y el apóstol se asegura de que los que escuchan la Palabra de Dios conozcan este hecho. Por lo tanto, “dijo Pedro: Arrepentíos, y bautícese cada uno de ustedes”. La Palabra de Dios es anunciada de tal manera que no quepa ninguna duda acerca de que esta Buena Noticia es universal. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare”. (v. 39).

La promesa de Dios es para ti y para tus hijos. Está dirigida a todos y a cada persona... Judíos y gentiles, hombres y mujeres, esclavos y libres, ancianos y jóvenes, los cercanos y los lejanos, los individuos de todas las naciones y todos los tiempos.

¿Cuál es esa promesa? La promesa de Dios es el don del Espíritu Santo y el perdón de los pecados. Recuerda que la tarea del Espíritu Santo es convencernos de nuestros pecados y del perdón en Cristo Jesús. Cuando esto se produce hay perdón, vida eterna y salvación. Para que la promesa fuese para ti y para tus hijos fue necesario “Que el Cristo padeciera y resucitara al tercer día de entre los muertos, y que el arrepentimiento para el perdón de los pecados se predicase en su nombre a todas las naciones” (Lucas 24:46-47).

El regalo de Dios, el perdón y vida eterna y la salvación se te da a través del Bautismo. Porque “cuando se manifestó la bondad y del amor de Dios nuestro Salvador, Él nos salvó, no por obras hechas por nosotros en la justicia, sino en virtud de su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y renovación en el Espíritu Santo, que Él derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador "(Tito 3:4-6).

¿Qué significa estar bautizado con agua? Significa que el viejo Adán en nosotros debe, por el arrepentimiento diario, ser ahogado y morir con todos los pecados y malos deseos, dando paso al Espíritu que forje en nosotros un nuevo ser, cubierto del amor y bondad de Dios. Pablo escribe en Romanos 6:4Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

Esta mañana Melody ha muerto con Cristo y nacido de nuevo, porque hace dos mil años Jesucristo murió y resucitó por ella. La Biblia dice que la vida de Jesús fue derramada “por los pecados de todo el mundo” (1 Juan 2:2). Hace 2000 años Jesús fue crucificado por ella, por ti y por mi a causa de nuestros pecados. Hoy Melody murió en la cruz con Cristo y fue levantada otra vez para caminar en una nueva vida y relación con Dios. En el Bautismo, Jesús vincula a todas las personas con la victoria sobre el pecado. En tu Bautismo, Jesús te ha tomado y liberado de la muerte eterna, te ha hecho participe de la tumba vacía, porque Cristo, el Cordero de Dios sacrificado por los pecados del mundo, ha resucitado.

Estimados bautizados, vuestros pecados, los míos y los de Melody fueron colocados sobre el Dios encarnado, el Señor Jesús. Él murió y resucitó para que podáis vivir eternamente.

¿Y ahora qué? Pedro exhortó a sus oyentes, diciendo: “Guardaos, vosotros de esta perversa generación”(v. 40). No todos los que escucharon este mensaje de Dios estuvieron de acuerdo con lo que se decía. Muchos se sintieron ofendidos por la Palabra proclamada y hoy día sucede lo mismo. Hubo y habrá quienes nieguen la promesa del perdón para ellos y para sus hijos, así como el rechazo de los medios de la gracia de Dios. Sin embargo, otros con mucho gusto escucharon la Buena Nueva y los que “recibieron su palabra fueron bautizados, y se añadieron aquel día como tres mil personas” (v. 41).

El obrar de la Palabra de Dios en nuestra vida produce que hombres, mujeres, niños y ancianos: perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones." (v. 42). En respuesta al Evangelio vemos nuestra necesidad de estudiar las doctrinas sobre Jesús y atesorar todas las cosas que nos ha dado en Su Palabra. Unidad en la doctrina, precedida por una confesión común de fe y unidos en la fracción del pan en la Cena del Señor.

Consecuencias externas de un cambio interno. Dedicar tiempo a “las oraciones”, es decir, a las oraciones específicas, como el Padre Nuestro y los Salmos de confesión, acción de gracias, súplicas y peticiones que siguen siendo las oraciones de los fieles reunidos en el Nombre del Señor. La liturgia de la Iglesia no es nada más y nada menos que la canción de la salvación por la gracia de Dios mediante la fe en Cristo. Allí también aprendemos las verdades que sostienen nuestra vida. La educación para participar de la mesa del Señor y prepararnos para el día en que vivamos plenamente la fiesta del Cordero. El Señor ha hecho que Melody y nosotros seamos parte de su Iglesia y desea que muchos más se unan al cantico celestial junto con los ángeles y arcángeles y toda la corte del cielo. El camino de la Iglesia, cada uno de nosotros, tiene que continuar perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo.(v. 46).

Conclusión: Todos los que han sido bautizados en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo han recibido el perdón de sus pecados por medio de Cristo Jesús. Tenemos el privilegio de contemplar lo que ha tenido lugar durante siglos, a saber, que “el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos” (v. 47). Que la promesa y presencia del Espíritu Santo en tu vida, sea una realidad cotidiana en ti.

Atte. Pastor Gustavo Lavia.

sábado, 4 de junio de 2011

Representantes de la Iglesia de Noruega conocen trabajo de IELE.

A principios de año recibimos la invitación para tener una charla con algunas personas procedentes de la Iglesia Luterana de Noruega sobre el trabajo que IELE está realizando en España.

El pasado 25 de Mayo se concretó la reunión con algunos pastores de la Iglesia Noruega, algunos integrantes de la administración y una psicóloga que acompañó y dio un taller al grupo.

Este encuentro se produjo en el templo de la IEE de Málaga. Este grupo de personas representa el comité del área misional de la Iglesia de Noruega. Ellos son conservadores, dentro de lo que cabe a una Iglesia estatal y se sienten avergonzados por la liberalidad en la que está cayendo gran parte de su Iglesia.

Por más de dos horas estuvimos hablando sobre los comienzos, actualidad y expectativas de IELE. Si bien la presentación no fue tan extensa, los pastores y

misioneros realizaron muchas preguntas sobre la cultura, la política y la religiosidad española.

También sobre cómo IELE afronta los desafíos de llegar a esta cultura. Ellos también compartieron de manera breve las experiencias misionales que están teniendo en Bolivia y Etiopia.

Concretamente nos han ofrecido contactarnos con las Iglesias Noruegas que hay en España (http://www.noruega.es/Embassy/noruega/asociaciones/religion/) por si en algún momento necesitamos utilizar alguna de las instalaciones que ellos poseen.

Por su parte estarían escribiendo en estos días para informar a los líderes de dichas instalaciones sobre nuestra existencia y el contacto que hemos tenido con este grupo. También están preocupados y a la vez interesados en las personas luteranas que de Bolivia han migrado a España. Ellos ahora van a ir a Bolivia y allí hablarán de nosotros a los líderes de la iglesia para que informen a las personas que piensan venir a España o a familiares de los que ya han realizado el viaje, con el fin de que establezcan un contacto con nosotros.

Atte. Pastor Gustavo Lavia.