miércoles, 29 de abril de 2015

Predicar a Cristo.


Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.  1ª Corintios 2:2

Hay predicadores que opinan que no sólo hay que predicar de Cristo, sino también algo más de lo que predicamos nosotros. Pero eso es sólo la ambición que los empuja, cuando abandonan nuestra fe sencilla y se van para buscar sabiduría humana.

Quieren que los hombres les observen y digan: “He aquí, un predicador verdadero”.

Tales predicadores deberían enviarse a Atenas, donde cada día se quiere oír algo nuevo pues buscan su propia gloria y no la gloria de Cristo.

Cuídate de ellos, su camino terminará en humillación.

Pero sigue a Pablo, que no quiso saber cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.

lunes, 27 de abril de 2015

Obediencia.


Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios.    Efesios 6:5-6

El siervo que durante su trabajo piensa: “Mi amo me da un salario, por eso cumplo su voluntad, pero por lo demás no me preocupo”, éste no es un siervo verdadero. Sirve sólo por el salario. Cuando no recibe salario, deja de preocuparse de la voluntad de su amo. Pero un siervo justo y cristiano piensa así: “No trabajo porque mi amo de da un salario, tampoco porque sea justo o injusto, sino porque la Palabra de Dios dice: “Siervos, obedeced a vuestros amos como si se tratara de Cristo mismo”.

Cuando verdaderamente entiendan estas palabras y conciban lo que valen, entonces dirán en su corazón: “Quiero servir a mi amo y recibir salario, pero la causa más importante por la que quiero serle fiel es porque así sirvo a mi querido Dios y Señor Jesucristo. El me ha ordenado hacer esto, y yo sé que esto le gusta”. He aquí una obra de servicio verdadera y de un corazón limpio.
                                                                                         Martín Lutero.
 

miércoles, 22 de abril de 2015

El Diablo.


Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentir, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.  Juan 8:44

Mientras vivimos aquí en la tierra, estamos en la cueva de un asesino. Aquí reina el diablo. Por eso debemos recordar siempre, que en este mundo somos sólo huéspedes. Nos hemos alojado en un albergue cuyo anfitrión es un engañador. En su casa cuelga una placa con el texto “asesinato y mentira”.

Esto ha ratificado Cristo mismo cuando le llamó homicida y mentiroso. Es un asesino que arruina el cuerpo y un mentiroso que arruina el alma. De eso se ocupa en la casa donde ahora tenemos nuestro albergue. Tampoco puede ser de otra manera. Y el que es su siervo, tiene que ayudarle en su obra. Pero el huésped debe estar preparado para todo lo malo que pueda afectarle.

miércoles, 15 de abril de 2015

Rogad.

Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.   Mateo 9:38

La Palabra de Dios no avanza como puede hacerlo, ni como lo queremos. La razón es que nosotros somos demasiado lentos para pedir saetas afiladas y ascuas de fuego.

El Señor nos ha mandado que oremos: "Santificado sea tu nombre, venga tu reino".
Eso significa, que su Palabra se extienda, y la cristiandad crezca y sea fuerte.

Pero desatendemos este mandamiento, y no oramos con seriedad, y todo sale mal. Nuestras saetas son desafiladas, y nuestras ascuas de fuego son frías y húmedas.   El diablo no nos teme.

Por eso ¡despertemos y seamos sobrios! Por cierto ya es hora. El viejo enemigo, por todas partes, nos causa mucho mal. Nosotros hagamos que se enfade y a nuestra manera nos venguemos de él. Hacemos eso si rogamos a Dios y no desmayamos, hasta que nos envíe armas, saetas afiladas con las cuales podamos disparar tiros de fuego...uestras saetas son desafiladas, y nuestras ascuas de fuego son frías y húmedas.
El diablo no nos teme. Por eso ¡despertemos y seamos sobrios!
Por cierto ya es hora. El viejo enemigo, por todas partes, nos causa mucho mal. Nosotros hagamos que se enfade y a nuestra manera nos venguemos de él. Hacemos eso si rogamos a Dios y no desmayamos, hasta que nos envíe armas, saetas afiladas con las cuales podemos disparar tiros de fuego.






 

martes, 14 de abril de 2015

Enseñanza.

Les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.   Mateo 7:29

Los maestros verdaderos predican de la fe con autoridad, y así destruyen todo lo que es del diablo.

Con sus obras muestran su amor ardiente y su fe sincera. Hay muchos predicadores que predican la Palabra de Dios, pero no como los que tienen autoridad. Aunque predican, no apuntan la Palabra contra la conciencia. Perdonan a los que no deberían perdonar, es decir a los grandes de este mundo. Además carecen de amor. Viven una vida disoluble. Y así destruyen en vez de edificar.
Convierten la Palabra de Dios en saetas desafiladas.carecen de amor. Viven una vida disoluble. Y así destruyen en vez de edificar.
Convierten la Palabra de Dios en saetas desafiladas.carecen de amor. Viven una vida disoluble. Y así destruyen en vez de edificar. Convierten la Palabra de Dios en saetas desafiladas.


                                                         Martín Lutero.