domingo, 7 de febrero de 2010

5º Domingo de Epifanía.

Escudriñad las Escrituras... ellas son las que dan testimonio de mí Juan 5:39a

La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios Ro. 10:17
Epifanía

“La Iglesia de Jesús en el mundo”

Textos del Día:

El Antiguo Testamento: Nehemías 8:1-3, 5-6, 8-10

La Epístola: 1 Corintios 12:12-31

El Evangelio del día: Lucas 4:16-30

SERMÓN

Mateo 13:24-30 24 Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; 25 pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. 26 Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. 27 Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? 28 Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? 29 Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. 30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.

En la parábola del día de hoy Jesús comienza “diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo”. Así es cómo la Iglesia comenzó a Existir. Jesús ya ha contado y explicado la Parábola del Sembrador en Mateo 13:1-9, 18-23, con esta parábola retoma el tema para reafirmar una de las
principales realidades de su reino. Él describe a un hombre que siembran en su campo, comparándolo con su llegada a este mundo y la propagación de su Palabra de Gracia a lo largo de este mundo para rescatar y salvar a todas las personas.

Si en el día de hoy tú tienes fe es porque eres parte de esa obrar de Dios ha iniciado y sostenido por su Verbo hecho carne y su Palabra trasmitida hasta nuestros Dios. El Espíritu Santo se ha encargado de que esa Gracia, mostrada en la obra salvífica de Jesús, llegue a ti. Es así que solamente por su misericordia y su obra, el cielo es tuyo para siempre. Jesús, el Señor, siembra la semilla y lleva a las personas a un encuentro intimo con él para darles vida y vida en abundancia.

Pero en esta nueva parábola la alegría es rápidamente interrumpida. El versículo 25 nos afirma que “mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue”.

El enemigo se infiltró en los campos del Señor y avanzando a rastras y sembró maleza entre el trigo. No fue cualquier maleza, ésta era una clase que a simple vista y en los primeros tiempos de crecimiento era muy similar al trigo. Sólo pasado una cierta cantidad de tiempo se podría notar la diferencia entre esta maleza y el buen germen del trigo. Hay que reconocer que el enemigo es muy listo y sabe bien lo que hace.

La Biblia más de una vez nos advierte de la astucia del diablo, es un enemigo listo y no son pocas las exhortaciones a estar atentos y velando para no ser engañados por su astucia. A lo largo de la historia, él ha usado la persecución y la violencia contra la Iglesia del Señor para desbaratarla, pero con esto nunca pudo ver cumplida su meta. Ciertamente, una famosa frase de Tertuliano afirma que “la sangre de los mártires es la semilla de la Iglesia”, porque la historia es testigo de que cada vez que los cristianos han sido acosados y perseguidos, generalmente se ha producido mayor propagación del mensaje del Evangelio y crecimiento en el número de personas que han disfrutado del mensaje de Gracia y Perdón por medio de la Obra de Cristo.

Pero estos reveces no han disuadido al enemigo del Señor, no le ha hecho cesar en su obrar de seguir sembrando la semilla del mal. Por el contrario lugar de eso, él recurre a un plan mucho más astuto y sigiloso.

El diablo habrá pensado que si el Señor del Universo por medio de la siembra de su semilla, crea y sostiene su reino en la tierra, porque no imitarlo para contrarrestar eses mismo reino. Así que se dedica a crear una falsa iglesia y la entremezcla con la verdadera Iglesia de Jesús. Se dedica a hacer lo que mejor le sale, que es sembrar la mentira y el engaño. Él sostiene a incrédulos que aparentan ser cristianos, pero que no siguen y creen al verdadero y único Señor y a su Palabra. Esto se manifiesta en algunas cosas concretas: En primer lugar, muchos se unirán a una falsa iglesia y luego creerán que son verdaderamente cristianos porque hacen lo que esa iglesia les enseña, por más que estén negando con ello las Sagradas Escrituras. Incluso sus enseñanzas y prácticas llevan a que a Jesús y sus discípulos caigan en descrédito. Ya que los no creyentes ven a muchos que se dicen ser cristiano cometiendo pecados en nombre de Jesús y así concluyen que todos los cristianos son hipócritas. O por el contrario la falsa iglesia se adapta a la sociedad de tal manera que caen simpáticos y receptivos y si la verdadera Iglesia de Jesús vive su fe de acuerdo a los principios de la Biblia, en muchos casos como una contracultura, esta es vista como retrograda o incluso como fundamentalista

Podemos señalar muchos ejemplos que ocurrieron en las décadas pasadas. La Alemania Nacionalsocialista sirve de ejemplo, donde las personas fieles a Hitler agarraron las iglesias alemanas y cambiaron las enseñanzas para adorar a este líder y a toda su ideología. Los pastores fieles qué advirtieron el mal que estaba brotando en todo este sistema teológico y quisieron oponerse fueron llevados a las calles y aniquilados. Los cristianos fieles eran arrestados y corrían la misma suerte que los pastores.

También podríamos señalar acontecimientos actuales, donde el “derecho religioso” o pertenecer a los “cristianos confesionales” son a menudo descritos pertenecer a grupos racistas y fanáticos que tienen el deseo de despojar a medio mundo de ejercer un libre pensamiento.

Pero el diablo no se detiene allí, tiene otros métodos. Él sigue en su empeño de levantar una falsa iglesia que cree que ser una iglesia cristiana significa rendirse a la voluntad, pensamientos, deseos y caprichos de la sociedad.

Me atreveré a citar ejemplos que pueden sonar muy duros, porque son iglesias que llevan el nombre que nos identifica. Pero creo que es necesario que veamos que nuestra fe va más allá de nuestra denominación entre los cristianos, nuestra fe nace, se desarrolla y llega por medio de la Palabra de Dios. Como ejemplos tenemos a la Iglesia Luterana Sueca, dónde uno no puede ser ordenado en el ministerio pastoral a menos que enseñe que la homosexualidad no es pecaminosa. También tenemos a la Iglesia Luterana Danesa, la cual actualmente tiene a un famoso pastor que no cree en Dios, porque para ellos también, según la explicación oficial, debería haber espacio en la iglesia para tales creencias.

Ya hace algún tiempo atrás, un grupo que dice llamarse la Iglesia Unida de Cristo en los EEUU aprobó algunas resoluciones muy interesantes. En primer lugar, la convención resolvió que Jesús es el Señor, pero que sus pastores no están obligados a creerlo o enseñarlo. Otro de los puntos resolutivos, quizá mucho menos abrumador que el anterior, es que esta iglesia se convirtió en la primera denominación en declarar apoyo para los matrimonios del mismo sexo. La Iglesia Unida de Cristo, tomando el nombre del Señor como suyo, hizo estas resoluciones en nombre del amor, en nombre de la tolerancia y en nombre de Jesús.

Éste no es un incidente aislado, que quedó en este grupo o pasó desapercibido en el tiempo, sino que ha recibido un extendido apoyo de otras “denominaciones cristianas”, incluidas algunas que dicen ser luteranas. Sin duda alguna ser “cristiano” significa cualquier otra cosa para el mundo de lo que significa para ti. El hombre de la calle oye “cristiano” y no piensa sobre Cristo y su cruz, sobre la Ley y Evangelio. Piensa en cualquier grupo que tenga algún escándalo popular, o aquellos que intentan poner los límites de la mora social, o de un movimiento político radical que cree que Jesús no quiere que tengas algún tipo de diversión.

Así es que la cizaña es plantada entre el trigo, la falsa iglesia está junto con la verdadera Iglesia. Sin embargo, no pienses que esto se da solo por la confesionalidad de la Iglesia o por la ausencia de la misma. El cuerpo de Cristo, que es la iglesia, está compuesto por todos los creyentes. Siempre habrá incrédulos en iglesias que permanecen fieles a la Palabra de Dios. Donde el Verbo de Dios se lee u oye, habrá creyentes, aún en iglesias que estén desviadas de las doctrinas que la Palabra quiere sembrar y cultivar en las personas. La Cristiandad está llena de grupos religiosos con confesiones confusas o desvirtuadas.

Pero esta tensión entre las dos semillas no solo se vive a nivel de cuerpos eclesiásticos. No olvides que en tu interior pasa algo muy similar. Las dos semillas están juntas y luchando por crecer. Tu viejo Adam está trabajando dentro de ti. Por medio de las seducciones en las tentaciones del mundo, o por la desesperación y angustia de presenciar el mal en este mundo, tu naturaleza pecaminosa trata de reducir el trigo para dar lugar a la mala hierba.

El diablo es experto con su siembra y la apariencia de la cizaña es muy similar a las del trigo por algún tiempo. En la parábola, no es hasta que el cultivo crece que los trabajadores notan la diferencia:

26 Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. 27 Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? 28 Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? 29 Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. 30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.

Hay algo más a tener en cuenta al respecto de estas cosas: Las malas hierbas van a estar por ahí hasta el día de la cosecha. Los falsos creyentes, haciendo uso del nombre de Jesús, van a estar por ahí hasta el último Día. A los ojos de muchos, el cultivo parecerá bueno, útil, productivo. No va a ser diferente o mejor antes de ese momento. De hecho, en Mateo 24 y otros sitios, queda claro que la maleza casi sofocará el buen trigo. Una de las profecías sobre la verdadera cristiandad es que estará casi desaparecida antes del regreso glorioso del Señor. No son noticias agradables, pero es bueno estar preparado. Hay muchos que creen que la Iglesia sólo se volverá grande y gloriosa en tierra para preparar el terreno para el regreso triunfal de Jesús, pero esto no es lo que dicen las Sagradas Escrituras.

Basta de noticias desalentadoras. Otra de las grandes noticias es que la cosecha del
Señor permanecerá, y el día de la cosecha será una realidad. Puede ser que la Iglesia sea perseguida y maltratada, pero las puertas del infierno no prevalecerán contra ella, y el Señor prometió que regresará en el último Día para llevar a los suyos al cielo. Es entonces, cuando la cosecha será recogida, allí la cizaña y el trigo se verán por lo que realmente son.

Aquellos que se gloriaron en sus pecados y rechazaron el nombre y la Palabra de Jesús confesarán “Jesús es el Señor, pero no estoy entre los redimidos”. Quienes perseveraron en la fe se regocijarán y dirán “Jesús es el Señor, y somos llevados a su presencia eterna.”

No hay porque desesperar, hemos sido redimidos, hechos justos a través de la sangre de Jesús. La cosecha viene. Y en el Día de Resurrección, podremos estar felices en el reino de nuestro Padre por toda la eternidad.

Hasta entonces, recuerda que eres del Señor y él te conservará en la verdadera fe por medio de su Palabra. Él ya ha dado su cuerpo y sangre para el perdón de los pecados, se ha despojado de su sangre en la cruz para hacerte suyo, no solo perdonando tus pecados sino que además te ha vestido de su rectitud. Él no te abandonará jamás.

La lección del trigo y la cizaña se enseña otra vez en el libro de Apocalipsis, sin embargo con una imagen diferente. La falsa iglesia es descrita como una ramera (Apocalipsis 17), adornada con toda clase de riqueza y muchos amigos. Ella es llamada “la Gran Babilonia, la madre de las rameras”, pues ella ha jugado a la ramera siéndole infiel a Dios y adoptando enseñanzas que nada tenían que ver con la Palabra de Dios para ser alabada. En el último Día, ella será destruida. La Iglesia verdadera es retratada como una mujer que fue echada fuera a una tierra salvaje, allí el diablo tratará de matarla (Apocalipsis 12). Ella queda en ese lugar desolado y sufre la persecución del mal, pero no es destruida. Ella tiene un lugar preparado para ella por Dios. Allí, él la alimenta constantemente. Allí, él la aloja hasta que regrese a llevarla como su prometida a la fiesta matrimonial del cielo. Donde la prostituta acabará convertida en cenizas, la mujer pobre en la tierra salvaje estará vestida de un blanco radiante para participar en la fiesta del cielo por siempre.

En esta tierra salvaje del mundo, el Señor ha preparado un lugar para ti. Él te ha hecho suyo, te ha dado vida espiritual, por las aguas del Sagrado Bautismo. En breve te alimentará con su cuerpo y su sangre para mantenerte en el pacto del perdón de tus pecados. Ahora te ha alimentado con su Palabra. Así es como te sostiene y cuida, así es como hace germinar en ti la buena semilla.

No tengas miedo, la cizaña molesta, pero el Dios verdadero es tu roca y fortaleza. Él no te dejará, no dejará que esa maleza ahogue tu fe, permanece en su Palabra a fin de ser fortalecido en la verdadera fe.

Vive las maravillosas noticias que Jesús y el Espíritu Santo te transmiten a diario, a pesar de que al mundo le parezca locura. Algunas veces en este mundo, podrás ser maltratado y golpeado. Aun así, tu Salvador intercede por ti y por su Iglesia, delante de su Padre en cielo. Por medio de Jesús, el Padre Eterno obrará todas las cosas para tu bien. Él te dará su reino por siempre.

Así es que eres puesto en libertad y podrás vivir según las palabras del salmo 119:57 “Mi porción es Jehová; He dicho que guardaré tus palabras.” Ciertamente, el Señor es tu porción, pues él te ha hecho parte de su cosecha, su preciosa prometida. Porque eres perdonado de todos tus pecados en nombre del Padre y del Hijo de Dios y del Espíritu Santo. Amén

Pastor Gustavo Lavia

1 comentario:

vicenterm dijo...

Hola
La voluntad de selección, está muy presente en Mateo 13:24-30 24
A veces, pienso que la creación es una obra inacabada, hasta que se haya producido una selección y entonces, se podrá dar por concluida.