Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y
los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el
principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando
habla mentir, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Juan 8:44
Mientras
vivimos aquí en la tierra, estamos en la cueva de un asesino. Aquí reina el
diablo. Por eso debemos recordar siempre, que en este mundo somos sólo
huéspedes. Nos hemos alojado en un albergue cuyo anfitrión es un engañador. En
su casa cuelga una placa con el texto “asesinato y mentira”.
Esto ha ratificado Cristo mismo cuando le
llamó homicida y mentiroso. Es un asesino que arruina el cuerpo y un mentiroso
que arruina el alma. De eso se ocupa en la casa donde ahora tenemos nuestro
albergue. Tampoco puede ser de otra manera. Y el que es su siervo, tiene que
ayudarle en su obra. Pero el huésped debe estar preparado para todo lo malo que
pueda afectarle.
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