Me propuse no saber entre vosotros cosa
alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.
1ª Corintios 2:2
Hay
predicadores que opinan que no sólo hay que predicar de Cristo, sino también
algo más de lo que predicamos nosotros. Pero eso es sólo la ambición que los
empuja, cuando abandonan nuestra fe sencilla y se van para buscar sabiduría
humana.
Quieren
que los hombres les observen y digan: “He aquí, un predicador verdadero”.
Tales
predicadores deberían enviarse a Atenas, donde cada día se quiere oír algo
nuevo pues buscan su propia gloria y no la gloria de Cristo.
Cuídate
de ellos, su camino terminará en humillación.
Pero sigue a Pablo, que no quiso saber cosa
alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.